Ben Jackson tuvo una juventud saludable y el ejercicio físico ocupaba gran parte de sus días. Pero conforme pasaron los años, la rutina diaria y la falta de tiempo, poco a poco desgastaron su estilo de vida saludable.
Este hombre de 46 años, oriundo de Warrington (Inglaterra), padre de tres hijos y amante de las cervezas, tenía la falsa creencia de que a su edad ya era muy difícil cumplir el deseo de volver al fitness y recuperar su estado físico que algún día tuvo.
A pesar de esto, se sometió al «milagroso» plan de entrenamiento que le permitiría reencontrarse con su fornido aspecto juvenil.
Su baja resistencia física supuso ser la primera barrera, Ben dio el primer paso y decidió aceptar el reto de embarcarse en un viaje de fortalecimiento muscular y acondicionamiento físico propuesto por una reconocida marca de suplementación deportiva.
«Mi objetivo era bajar de peso, pero también quería volver a un buen nivel fitness», argumentó Jackson.
La rutina de ejercicios era acompañada por una dieta estricta, al cabo de 12 semanas los resultados eran extraordinarios: Ben logró tonificar sus músculos y bajar en gran medida su porcentaje de grasa corporal.
«Muchos hombres de más de 45 piensan que ya es demasiado tarde para iniciar un ‘viaje fitness’ ya que su cuerpo está fuera de forma o que no tienen la misma condición que antes. Pero no es así, todo el mundo puede», confesó.
Jackson rompió varios mitos, por un lado está conseguir un cuerpo tonificado en poco tiempo, y por otro está que los hombres con edad de más de cuatro décadas les es muy complicado ponerse en forma.
¿Cómo logró ponerse en forma en tan corto tiempo?
Primero, Jackson eliminó por completo el alcohol y mantuvo un estricto plan de nutrición. Se deshizo de todo tipo de alimentos con edulcorantes artificiales como las barritas de chocolate y bebidas energéticas.
Se encaminó a realizar seis comidas al día, que consistían en claras de huevos cocidos, pechuga de pollo al horno, pescado o salmón a la plancha, todas sus comidas acompañadas con verduras. Entre comida consumía una fruta o batidos de proteína.
De esta forma, pasó de pesar 86,5 kg al comenzar la prueba, a los 79 kg al finalizar la prueba.
La práctica física fue muy exigente. Fue al gimnasio cinco veces a la semana, trabajando músculos aislados y específicos en cada sesión. Diariamente tomaban datos de su tasa metabólica basal y el gasto energético diario.
Además, constantemente controlaron sus requerimientos de ingesta de proteína, carbohidratos y grasa. En el esfuerzo, concentración y la motivación yace el secreto del cambio radical.
Para inculcar el hábito de seguir métodos sanos, Jackson nos deja un gran mensaje:
«Espero que mis resultados inspiren a otras personas y que todavía puedan reinventarse física y mentalmente, sea cual sea su edad. Al final vale la pena. Las ventajas son evidentes».