Nuestro cuerpo necesita de la fuente principal de combustible (glucógeno), capaz de obtener energía a partir de los hidratos de carbono o grasas, logrando ser la moneda energética para la actividad física intensa.
Es importante que los deportistas cuiden su alimentación, para mantener y aumentar los depósitos de este combustible.
Sus reservas constituyen un factor limitante de la capacidad para realizar ejercicio prolongado.
¿Qué es el glucógeno muscular?
Es la forma en la que nuestro cuerpo almacena carbohidratos a nivel muscular en forma de azúcar, y se almacena en los músculos e hígado.
¿Por qué es importante?
El músculo posee reservas de glucógeno para ser usado de manera inmediata, empezar a trabajar y a gastarlo. Al disminuir se produce un trasvase de esta sustancia de la sangre al músculo, permitiendo un rendimiento extra.
¿Cómo ayuda en el entrenamiento?
En el entrenamiento los carbohidratos y glucógeno son importantes por diversos motivos:
Al consumir carbohidratos antes y durante el entrenamiento, se obtiene una carga energética rápida para trabajar correctamente.
Conseguir una recuperación eficiente es importante al consumir hidratos de carbono luego del entrenamiento, logrando reponer el almacenamiento de glucógeno muscular, la recuperación es más rápida y mejora en un menor tiempo de espera.
Un gramo se almacena con 2,7 de agua, esta hidratación ayuda a recuperar de forma más efectiva el glucógeno muscular.
Es recomendable una mayor ingesta de carbohidratos previos a un entrenamiento intenso, y llegar con depósitos llenos a nuestro siguiente entrenamiento.
En los entrenamientos su función es realmente importante; ya que actúa como combustible y está listo para ser usado en tus músculos.
La concentración de glucógeno muscular puede variar según el estado de entrenamiento, las rutinas de ejercicio y la dieta.
Las reservas deben reponerse a diario para un rendimiento óptimo del entrenamiento.
¿Dónde almacenamos las reservas de energía?
Los depósitos de glucógeno se encuentran en el hígado y el músculo; y, durante la actividad física, abastece las necesidades del tejido muscular.
El almacenamiento en los músculos se agota sistemáticamente durante el ejercicio, siendo necesario 48 horas para reponerlas.
Las reservas de este compuesto en el hígado son altas luego de las comidas y disminuyen entre las mismas de manera especial durante la noche y el ayuno, provocando que se degrade el glucógeno hepático para mantener normales los niveles de glucosa en la sangre.
¿Qué ocurre cuando las reservas de glucógeno se agotan?
La insuficiencia provoca fatiga y descenso en el rendimiento deportivo, de ahí la importancia de realizar una dieta adecuada, con suficiente cantidad de alimentos ricos en hidratos de carbono.