Cuando a Michael Phelps le preguntaron cuántas calorías consumía al día, el respondió 12000 calorías. Para muchos nutriólogos escépticos fue como un balde de agua fría. No concebían cómo era posible consumir esa cantidad y peor aún, como gastarla sin convertirse en un michelín.
La dieta de una persona con actividad ligera necesita entre 2000 y 3000 calorías por día. Un nadador gasta 860 calorías por hora. Michael para gastar 9000 calorías extra debería nadar más de 10 horas en estilo mariposa ininterrumpidamente.
El secreto estaba en la carga térmica del agua. El agua es un conductor térmico mucho más potente que el aire, 24 veces más. Una persona tras correr una maratón gasta 2600 calorías, pero en agua a 28° C durante 4 horas libera 4000 calorías.
¿Cómo podría aplicar este principio en la vida diaria?
Estos principios te harán amar las duchas de agua fría:
- 30 minutos de breves exposiciones al frío libera ácidos grasos que actúan como combustible para la producción de calor mediante el temblor. Ese temblor contribuye al GLUT-4 para llegar a la superficie de las células musculares y construir masa magra.
- El frío y los temblores corporales incrementan los niveles de adiponectina y promueven la absorción de glucosa por el tejido muscular .
- Sin temblores hay ligeros aumentos de músculo cuando se compara los ejercicios en agua que en tierra.
- Exponerse al frío intenso mejora el sistema inmune. Precalentar el cuerpo con agua tibia o ejercicio físico puede mejorar la respuesta. Esto se debe a las norepinefrinas circundantes.
- Las duchas de agua fría no solo ayudan a la pérdida de grasa sino también actúan como tratamiento de la depresión.
So quiere volverte un especialista en temas como este, te recomendamos el libro El Cuerpo Perfecto en 4 Horas de Timothy Ferriss o conoce a Ray Cronise, un científico que si puede evitar que los transbordadores de la NASA queden reducidos a cenizas, puede ayudarte a ti a perder calor.